La mácula se refiere a haber hecho sentir públicamente ridiculizado a un colega litigante –palabras del ofendido–.
El Tribunal de Honor (TdH) no tiene competencia para estos casos, a menos que hubiera sentencia de culpabilidad de por medio.
Por los hechos contenidos en la acusación ya existe una investigación de la instancia competente dentro del Organismo Judicial, que no encontró falta. El TdH decidió tomar la ley en sus manos.
El Tribunal de Honor (TdH) no tiene competencia para estos casos, a menos que hubiera sentencia de culpabilidad de por medio.
Por los hechos contenidos en la acusación ya existe una investigación de la instancia competente dentro del Organismo Judicial, que no encontró falta. El TdH decidió tomar la ley en sus manos.
Entre tanto, imagino la vergüenza de muchos abogados y
abogadas del país, sintiendo su propia honra zambutida en una cloaca
hedionda a lo que ya sabemos, a servilismo inconmensurable y a
incompetencia en Derecho.
Por si fuera poco, el TdH pasa el caso al Ministerio
Público para que investigue si hay delito que perseguir (conociendo del
previo dictamen interno).
Dejando de lado la ilegalidad, la condena es
rotundamente desproporcional a la supuesta falta. Un año de
inhabilitación profesional, una multa onerosa y la obligación de
difundir la sentencia por radio, televisión, y medio escrito. Es decir,
tres sanciones económicas, una moral, una humillación pública (lo que
están juzgando como carente de ética) y una sanción profesional. Sólo
faltó que la condenaran a raparse, bañarse en chapopote, revolcarse en
plumas de gallina y alegrar Pasos y Pedales. O quizá eso es exactamente
lo que querían hacer e hicieron, según su miope entender.
¿La Constitución, la ley del Organismo Judicial? ¡No!
El honor, por sobre todas las cosas. El honor como eufemismo de cosas
que no se pueden decir en público. Por evitar una mancha de honor al
gremio y al sistema de justicia, se han pasado por arriba de los
mecanismos internos del Organismo Judicial, y hasta le ordenan que
inhabiliten a la jueza, pues es requisito indispensable que los
juzgadores sean colegiados activos. ¡Ah! La multa económica corresponde a
las cuotas del año en que no podrá ejercer su profesión. Se ve que
también cuidan los centavitos del CANG con diligencia titánica.
Entre tanto, muchos guatemaltecos opinamos que el
honor del CANG ha sido mierdarizado por mucho tiempo sin que se conozca
alguna reacción similar por parte de su diligente TdH.
Son abogados y notarios todos los involucrados en
garantizar la impunidad en el caso Siekavizza, son algunos de ellos
quienes transan sentencias, controlan la industria de las adopciones
ilegales, asesinan gente para apropiarse de sus bienes inmuebles,
fabrican coartadas fabulosas para mareros y toda calaña de delincuentes
(su deber es garantizar que los derechos de los acusados sean
respetados, no falsear hechos y entrenar testigos falsos). Son
agremiados sin honor quienes firman “doy fe” sobre grandes mentiras,
quienes firman “auténticas” por cincuenta pesos y con los ojos cerrados,
quienes redactan leyes a la medida del cliente y del incentivo, quienes
mantienen fuera de la cárcel a maridos golpeadores y despreocupados del
bienestar de sus hijos, quienes pasan bajo la mesa el monto de la
fianza y la garantía de que no se dictará prisión durante la audiencia…
Falta espacio para mencionar los atropellos al honor
de los buenos abogados y notarios por parte de los malos, a ritmo de
varias veces por minuto. Son ellos y ellas la colosal base de la
pirámide de impunidad que hunde al país. Parece que el TdH se interesa
solamente en casos que lleguen con recomendación especial desde el
epicentro del poder. Guatemala, deshonrada; los buenos abogados,
deshonrados. La familia, bien gracias.