Publicado en Plaza Pública el 17 de septiembre de 2012.
Debe ser
prioridad todo lo que contribuya al buen manejo y uso sostenible del medio
ambiente. Afortunadamente, el interés en
estos temas está aumentando, aunque sin la velocidad necesaria ni el
conocimiento de las buenas prácticas.
Abundan los entusiastas, aunque con frecuencia, resultamos haciendo más
mal que bien, a pesar de nuestras buenas intenciones.
El tema es
un pozo profundo y en esta oportunidad voy a mencionar un solo aspecto: los
inescrupulosos que coluden para sacar provecho a las buenas intenciones del
público. Los falsos ecologistas que nos
agarran de babosos en el tema reciclaje.
Un ejemplo:
algún empresario consigue un cliente para plomo. El comprador no es un entusiasta ambiental,
es otro empresario que sabe que el plomo de extracción minera está muy caro. El empresario necesita una buena fuente de
plomo, y ¡Qué mejor que obtenerla gratis!
Así que organiza una empresa, ONG, campaña cívica etcétera para obtener
viejas baterías de automóvil. Se anuncia
como defensor del medio ambiente, y nos ofrece reciclar “gratis” nuestras
baterías (o computadores, teléfonos celulares, televisores etc. según sea el
material que desee recuperar). Nosotros
pensamos que hace bien deshacernos de esa molesta basura y que, de ganancia,
contribuimos a la conservación del ambiente.
La batería
o acumulador va entonces a una pequeña fábrica, posiblemente sin los estándares
industriales necesarios. Más bien, es un
pobre deshuesadero. La batería será
despedazada y el plomo recuperado. Los
desechos del proceso son: ácido sulfúrico (contaminante del agua) y plástico
(de milenaria duración en el ambiente). Nadie nos informó que desea el producto para
recuperar un solo elemento.
De los
televisores y otros electrónicos se recupera estaño, oro, plata, cobre,
plástico (aunque muchas “recicladoras” se especializan en uno o dos elementos). Lo demás quizá
vaya a un vertedero público o clandestino, o sea exportado hasta
terminar en países asiáticos y africanos, depósitos de basuras tóxicas o sin
valor comercial. Allá extraerán
elementos de menor valor - el incentivo que se les ofrece-.
No basta
con tener buenas intenciones en este tema.
Hay empresarios de que ven en esto una buena oportunidad de negocio y
una contribución social, lo que es bueno, pero no suficiente. Empresarios y propietarios de la basura deben
conocer con exactitud qué pasará con ésta, y tener garantías de que no se
causará daño ambiental o abuso laboral (el trabajo infantil y riesgos de salud resultan
ligados al tema). Si no, es mejor que el
desecho continúe en el mismo rinconcito de casa.
Nosotros
somos los propietarios de los desechos y tenemos obligación de exigir pruebas
del buen uso que se les dará. Al fin de
cuentas, estamos regalando materia
prima.
Otro engaño
se da cuando la inocente campaña busca recolectar papel, plástico, aluminio
etc. y en el medio hay un intermediario sacando
provecho de nuestro esfuerzo o aparente generosidad. ¿Cuánto va a pagar la recicladora por la
tonelada de papel o latas que nuestros niños salen a recoger en campaña
cívica? ¿Qué uso se le dará a ese
dinero? ¿Hay alguien haciendo plata como intermediario, o una recicladora que
se frota las manos porque obtuvo materia prima a menos del precio de
mercado? Aquellos son los falsos
ecologistas y nosotros, los involuntarios babosos.
Hay
situaciones peores: cuando los políticos descubren la mina de oro que es este
asunto, y legislan para extraer y usar dinero de impuestos con el pretexto de
proteger el ambiente. Pero ese es el
tema del siguiente artículo. Si éste le
ha gustado, por favor comente y recomiéndelo a otros, necesitamos destruir
mitos y educarnos en el tema. Muchas
gracias.
Aquí dejo
un enlace de interés: http://www.taringa.net/posts/info/11495547/Residuos-Tecnologicos-_-Residuos-Peligrosos.html
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