Tuesday, February 19, 2008

Infelices motociclistas

Los motociclistas son considerados una plaga de las calles, y la cantidad de percances que sufren o provocan es de altos índices. Al compartir mi reciente experiencia quisiera modificar algunas actitudes en las autoridades y el público.

Durante mis años universitarios me transporté en motocicleta, hasta que me fue robada por un policía. Pero esa es otra historia.

Veinte años más tarde, decidí comprar una motocicleta recreativa, y aquí principia la tragicomedia. En la Policía Nacional me indicaron que los registros anteriores de motoristas eran manuales y no fueron digitalizados en su totalidad. Para comodidad de las autoridades, debía sacar primera licencia. Me dirigí a la academia Best de Ciudad San Cristóbal. Según el encargado, la licencia costaba Q900.00 y ellos hacían todo. Le dije que yo deseaba hacer los exámenes, así que el costo debía ser menor. Respondió que la única posibilidad era el pago de Q900.00.

Siempre me he opuesto a ser cómplice de la corrupción, así que busqué otro sitio que me practicara los exámenes y extendiera el certificado. En la academia Flores de la zona 7 me indicaron que podía hacer la prueba previo pago de un curso de manejo defensivo. Yo poseo una certificación internacional de manejo defensivo pero para expeditar la licencia me presenté.
Este es un curso interactivo por computadora, sin instructor de carne y hueso. Se reciben indicaciones básicas sobre manejo defensivo (cosa muy positiva) aunque el curso es traducción del preparado para los conductores en los Estados Unidos, así que tuve que aprender cómo reaccionar en tormentas de nieve y otras cosas ajenas a la realidad guatemalteca. Me parece llanamente mercantilista que las academias no lo actualicen a las condiciones de Guatemala.

Además de no haber visto nada sobre manejo defensivo para motociclistas, al finalizar el curso me indicaron que “el compañero que hace los exámenes prácticos de motocicleta no se encuentra, así que como dice que ya maneja, le daremos por aprobada la prueba”.

Que no extrañe entonces que los motociclistas tengan tantos accidentes.

Lector: la próxima vez que desee lanzar sapos y culebras a un motociclista, mejor piense que se trata de una víctima más del sistema corrupto y del poco interés de las autoridades correspondientes.

¿Es Guatemala un Estado fallido?

Es recurrente que en los medios de comunicación nacionales se refieran a Guatemala como Estado fallido, dicho siempre con base en apreciaciones subjetivas e indicadores no medibles, lo que deja el tema como de pura opinión, no siempre libre de polvo y paja.

La institución internacional de investigación Fondo para la Paz y la revista Foreign Policy han propuesto criterios de alcance global para calificar la estabilidad y viabilidad del Estado. Algunos de esos criterios son: corrupción rampante; élites depredadoras que monopolizan el poder (secuestran el gobierno, agrego); ausencia de Estado de Derecho, divisiones étnicas y/o religiosas, violencia y vulnerabilidad ambiental.

Otras características son la falta de control sobre el territorio, monopolio del uso de la fuerza, erosión de la autoridad legítima de los organismos del Estado, incapacidad de brindar servicios mínimos a la población y problemas para relacionarse constructivamente con los países vecinos.

Según los proponentes en un Estado fallido las reformas que se necesitan son muchas y las que se proponen muy pocas. La ayuda internacional y los propios recursos del Estado son malgastados, y las sociedades viven crisis de inseguridad. Esto aleja la ayuda internacional (para no mencionar la inversión interna y externa), pues para que ésta sea efectiva los gobiernos deben funcionar.

Estos países, además, manifiestan extrema vulnerabilidad ante fenómenos naturales adversos, conflictos internos y altos índices de privación económica para la población.

Por tres años consecutivos las organizaciones mencionadas han aplicado un sistema de clasificación con base en la valoración de 12 variables socioeconómicas, políticas y ambientales. Cada variable tiene un valor de 10 puntos, donde 0 significa la mejor calificación y 10 la máxima vulnerabilidad. Entre las variables tenemos: corrupción extendida, comportamiento criminal, incapacidad para recaudar impuestos, falta de apoyo popular, inseguridad institucional y deterioro ambiental. El indicador compuesto se construye con estadísticas nacionales sobre las 12 variables.

El informe de 2007 (http://www.foreignpolicy.com/story) incluye a los 177 países con mayores dificultades. De la calificación máxima de 120 puntos, el primer país, Sudan, tiene 113.7 y Colombia es el país 33 con 89.7. Guatemala es el único país centroamericano en la lista de riesgo, ocupando el número 60 con 81.4 puntos. No es posible hacer seguimiento de su posición en los dos años precedentes pues la cantidad de países estudiados ha ido en aumento.

Lo anterior permite a los guatemaltecos vernos en el espejo del mundo. Nos hace ver, además, que en términos geopolíticos el país puede verse como una amenaza para los otros países centroamericanos, situados fuera del área llamada “de riesgo”.

Existe debate sobre considerar al país Estado fallido. Ello no debe distraer la atención de lo mal que está el país comparado con países de similares condiciones y problemas. Es necesaria la autocrítica y el diálogo respetuoso para encontrar maneras de mejorar la situación, pero esto no se dará sin un extraordinario esfuerzo colectivo. Si hacemos las cosas de la misma manera, los resultados tienen que ser los mismos, dijo más o menos Albert Einstein.