Friday, May 22, 2009

El Hada Madrina de Pinocho no fue a la Plaza Italia

Quiero analizar un ángulo diferente de las jornadas de protesta pública que llevaron a las manifestaciones en la Plaza Italia el domingo 17 de mayo en Guatemala.

La participación de los jóvenes, con su arsenal tecnológico (mensajitos, Twitter, Facebook, blogs, páginas web, videos Youtube, correo electrónico) es un hito en la historia del país y amerita un análisis crítico.

Pertenezco a la generación que nació, creció y maduró a partir del derrocamiento de la Revolución de 1944, o de la Liberación de 1954, como les guste. Nacimos durante la curva ascendente de la guerra fría y la puesta en escena del conflicto ideológico que ya fue superado por sus propios protagonistas, pero no por la sociedad guatemalteca. Crecimos en la época en que ser señalado de guerrillero o simpatizante izquierdista era casi sentencia de muerte u ostracismo. Aprendimos a esconder nuestras ideas como estrategia de sobrevivencia, y a desconfiar del entorno social. Todos tenemos un pariente, amigo o conocido que murió peleando aquella guerra ajena.

Los hijos de las personas nacidas entre 1955 y 1965 (como referencia general) llegaron entre el climax del conflicto armado interno y la firma de la paz. Su memoria aún no tenía un registro político y las historias de Castillo Armas hasta Vinicio Cerezo (años más, años menos) les suena a cosa de romanos. El miedo no lo aprendieron igual que la generación de sus padres sino les llegó como secuela de guerra en un país sin proyecto. Le temen a la delincuencia y en menor medida que sus padres, a la policía. No le temen al ejército.

Cuando a los más afortunados les llegó el momento de ingresar a la universidad, los padres sentían un alivio interno cuando sus críos escogían carreras tecnológicas o ligadas a la modernidad. Ingeniería de sistemas, administración financiera, relaciones internacionales. Que bueno, que satisfacción: estarán alejados de la política criolla, podrán desarrollarse y conquistar altas cumbres.

La formación política integral y el desarrollo del pensamiento crítico no es el punto fuerte de las universidades nacionales. Durante el conflicto, era justificable, pero no más al finalizar este. Ahora importa la demanda del mercado, y mejor si los jóvenes llega con una fuerte inyección ideológica. Eso es conveniente y suficiente. Las muchas universidades surgidas desde la firma de la Paz también renunciaron a la formación política sólida e integral (contenidos de filosofía, historia, sociología y antropología políticas; entre otros).

Los acontecimientos iniciados con la crisis del sistema de justicia, atizados por el caso Rosenberg, consiguieron que cientos de miles de jóvenes decidieran ejercer ciudadanía y participar de una manera u otra en política, iniciándose con las manifestaciones. Aún no conocen el miedo a la represión política, así que se lanzaron y seguirán lanzando a las calles de cemento y avenidas virtuales, apoyados en su artillería tecnológica, que no deja de ser un juguete para ellos.

El problema es que lo hacen bajo un enorme déficit analítico. Los jóvenes actuales no desarrollaron capacidades para hacer una lectura profunda de la situación, porque carecen de formación política, y están poco dispuestos a dar crédito al análisis de “los viejos”, traumados y desactualizados. Buscando Paz y Justicia participan por igual y en un solo bloque en campañas para destituir al Presidente, para que renuncie, para que lo metan preso sin trámite o para que le den golpe de Estado. No pueden explicar la diferencia entre una y otra cosa, porque piensan que el resultado será el mismo: Paz y Justicia. Eso es suficiente para ellos, no necesitan saber, entender ni pensar más.

Parece muy tarde para que demos formación política a la generación que principia a movilizarse en masa y continuará incrementando su participación hasta terminar gobernando, porque ese es un ciclo natural. Pero no debemos menospreciar su inteligencia. Es importante que el gobierno y las corrientes que le apoyan (que llaman los “pirrurris” e “hijos de papi” a los jóvenes manifestantes de la Plaza Italia) no les vean como enemigos, ni mucho menos apliquen prácticas represivas. Los alborotadores profesionales, buscadores de renta política y cofrades del status quo tampoco deben confundirse y tomarlos por tontos útiles.

Me recuerdo del cuento de Pinocho. ¿Cómo fue embaucado, cómo se aprovecharon de su ingenuidad e inocencia? Ofreciéndole libertad y bienestar. Él no dudó en seguir a los líderes (a título de rebeldía contra la opresión de su padre y grillo consejero) hasta que sintió que una cola que ahora era extensión de su columna vertebral le daba golpes en la frente para espantar a las moscas. Se busca Hada buena, con Solvencia de Impunidad y Certificado de Buena Fe.

Friday, May 15, 2009

Dudas razonables en cuanto al caso Rosenberg.

Las acusaciones del licenciado Rodrigo Rosenberg Marzano en su videotestimonio han desencadenado reacciones de ingenuas a perversas.

Ante la gravedad de las sindicaciones, me parece que la mejor posición no está desde los graderíos antagónicos de las barras bravas, la indiferente general o los privilegiados palcos. Necesitamos una posición para la apreciación sobria, con capacidad de repetición en cámara lenta y acceso al informe arbitral, para que con pelos y señales se pueda suprimir o añadir tarjetas amarillas y rojas.

En busca de esa posición, me surgen muchas dudas. Del emotivo y –no tengo por qué dudarlo- sincero testimonio del licenciado Rosenberg, quedan algunas cosas muy claras: el contacto del Sr. Musa con el Sr. Gustavo Alejos a través de un pariente político; el nombramiento para el Sr. Musa dentro de la junta directiva del Banrural; un encuentro del Sr. Musa con funcionarios del Banco y contactos personales del Lic. Rosenberg con los señores Gustavo Alejos y Gergorio Valdez. Eso, para mí, es lo concreto, la líneas iniciales de investigación. Luego vienen cosas que más parecen conclusiones del acusador, que también deber ser investigadas.

Como cosa fundamental, no comprendo cómo el nombramiento del Sr. Musa, que no fue oficializado ni puesto en efecto, dio lugar a su asesinato por parte de quien lo había nombrado (sería más verosímil pensar que lo eliminó quien saldría perjudicado). Si ni siquiera tomó posesión del cargo, ¿cómo representaba una amenaza para las dos partes en conflicto, al grado que de antagonistas pasaron a cómplices? ¿No era más simple dejarle lo que quería, ANACAFE?

Como si no existieran suficientes dudas, las reacciones de los personajes clave oscurecen lo que debiera estar aclarándose.

Las líneas de investigación deben principiar por verificar los más claros destilados del videotestimonio. En vez de eso, el Fiscal va directamente a debilitar la credibilidad de su principal testigo. Si consigue demostrar una “relación interpersonal” entre el licenciado Rosemberg y la señora Marjorie Musa, el Fiscal piensa que tendrá el caso resuelto. No me agradan sus eufemismos de mal gusto ni su inclinación a buscar mentiras en vez de verdades. Elemental, querido Watson.

Los actos del presidente Colom no me parecen los mejores de quien busca el total desvanecimiento de dudas. Meter las manos al fuego por sus allegados ennoblece al amigo, no al Presidente. Discutir en privado el asunto con quien debe investigarlo es una falta ética (además, el Presidente y el Fiscal General dieron versiones diferentes de su reunión: uno de los dos mintió y eso es un pésimo principio). Guatemala espera la reacción de un estadista, del Presidente de la nación, no del camarada que aprieta los botones.

Otra cosa que no comprendo es que el Presidente recurra a la carne de cañón y a la movilización política para defenderse. Esto sólo arriesga vidas y hace crecer las dudas. Los beneficiarios de los programas sociales no tienen pito que tocar.

Tampoco es el momento para el linchamiento sin trámite, para llamar al derrocamiento fulminante o para el terrorismo de Estado (encarcelar al pobre “twittero” y apresar al vendedor de videos no es más que eso).

Señor Presidente Alvaro Colom, no sólo está en juicio su reputación sino la establidad política de este país. Por favor, que su mayor contribución sea responder con inteligencia y ecuanimidad. Con eso sí se hará respetar. A los conciudadanos les recomiendo calma, sin confundirla con indiferencia. Démosle su oportunidad a la CICIG. Quien tenga pruebas, que las aporte. Seamos custodios del derecho de defensa y activistas del cumplimiento de la ley.