Monday, February 8, 2010

Entrevista con el Diario de Centroamérica: versión sin cortes por razones de espacio. (Parte 3 de 3)

Continuación de la versión sin cortes de la entrevista en el Diario de Centroamérica:

Cambio climático
No podemos culpar al cambio climático del daño que hemos hecho y seguimos haciendo cada día a nuestro país. Los problemas en la cuenca del Lago de Atitlán no se deben al cambio climático. Se deben a la “contribución” de cada habitante, cada hogar, cada negocio, cada hotel, cada agricultor de la zona. Nos auto engañamos pensando que si yo tiro una bolsa plástica no pasa nada, que si lavo mi carro con manguera abierta no es para tanto, que si tiro mis desperdicios al río, es tan poquito que no importa.

Para enfrentar el cambio climático debemos entender que hay ganadores y perdedores, y debemos prepararnos para ambos casos. Los corredores secos de Guatemala siempre han existido, pero sólo en los últimos años han aumentado sus problemas. En otras áreas del país, la situación podría ser abundancia de lluvias. Debemos preparar escenarios y tomar las medidas correspondientes. Guatemala podría tener energía limpia hasta para exportar, usando sus recursos hídricos. Tenemos de todo: estudios geológicos y ambientales, imágenes satelitales, fotografía aérea, profesionales competentes. Sólo nos falta tomar el asunto con la debida seriedad y ponernos a trabajar. Sin buscar el negocio antes que la adaptación al cambio climático.

Objetivos de Desarrollo del Milenio

Los ODM y sus metas permiten a los países desarrollar políticas públicas. Fueron propuestos y aceptados bajo estimaciones de que todos los países podrían alcanzarlos. Si algún país no pudiera, se habría cambiado. Sin embargo, los convertimos algo así como el salario mínimo, porque pasaron a ser la meta más alta y no los vamos a alcanzar.

Cómo cambiar Guatemala
Para cambiar Guatemala necesitamos un cambio personal. No podemos seguir siendo como somos y obtener resultados diferentes. No podemos renunciar a nuestros derechos, dejar hacer, dejar pasar, declinar nuestra responsabilidad de ejercer auditoría social basada en principios y no en ideologías. Sólo así principiará el cambio.

Note por favor que no le hago un planteamiento ideológico, político, religioso, o moralista. Es una propuesta humanista, tiene que ver con nuestra esencia.

Las cosas no van a cambiar de la noche a la mañana. Tenemos en nuestras manos una nueva generación, que debemos educar, mejorar, hacer más consciente y solidaria. Esa generación podrá crear el cambio. Por eso, educación debe ser la gran prioridad, junto a resolver necesidades inmediatas.

Entrevista con el Diario de Centroamérica: versión sin cortes por razones de espacio. (Parte 2 de 3)

Continúa de la línea "Sólo en una sociedad enferma como la guatemalteca..."

-Su gente rechaza lo propio y añora lo ajeno. Lo vemos en nuestra música, hábitos de consumo, hasta en los nombres propios. Vea las combinaciones, y se lo confiesa un “Byron”. ¿Qué parte de la población lleva nombres en inglés y apellidos en español o idioma local? Más importante: ¿Por qué?

-No se cuenta con escritores de tiempo completo y poetas amados.

-Buscamos siempre un culpable externo. Si no son los imperialistas, son los comunistas, o los ricos, o los pobres. Siempre uno de afuera, nunca vemos nuestra responsabilidad personal en los problemas. Vivimos en permanente evasión.

-Se usa la proporción de gastos en recursos humanos de una empresa como indicador de éxito. Mientras menos gaste en eso, más eficiente. El salario mínimo representa, en muchos casos, salario máximo. Todos saben que los salarios mínimos no se están pagando. Pero no hacemos nada.

¿Usted ya fue a tramitar su nuevo documento de identidad? Note que en el formulario hay una casilla para “grupo étnico”. Y la persona que llena el formulario ni siquiera le pregunta por su identidad. Lo llena a discreción. ¿Por qué seguimos en lo mismo? ¿Qué importancia, y más allá, qué interés hay en esto? ¿No son manifestaciones del racismo que el guatemalteco lleva bajo la piel? Y que conste que el racismo circula en doble vía.

En fin, todo lo anterior constituye síntomas de nuestras enfermedades sociales, que lamentablemente no vemos porque ya estamos acostumbrados. Dentro de los males, la falta de solidaridad constituye uno que merece artículo aparte y explica por qué estamos en inseguridad alimentaria crónica teniendo todo para revertir esa situación.

Enfoque para la seguridad alimentaria
La inseguridad alimentaria, aunque se trate de acceso físico y económico a los alimentos, es un tema de humanismo. Note la definición: “Existe seguridad alimentaria cuando todas las personas tienen todo el tiempo, suficientes alimentos inocuos, nutritivos y culturalmente aceptables para vivir una vida sana y activa.” Cada palabra fue bien pensada y discutida, no llegó allí por capricho ni por error.

Como ve, la definición principia por mencionar a “todas las personas” y termina con “vida sana y activa”.

Por lo anterior, considero a la seguridad alimentaria como un asunto esencialmente de humanidad, de solidaridad y responsabilidad ciudadana. El tema económico debe ser sólo un instrumento de la agenda. En el contexto actual se ha manipulado el fin de la economía. El fin último de la economía no puede ser la acumulación de riqueza. Tiene que ser la satisfacción de las necesidades humanas. Hasta el mercado es capaz de comprender eso, somos las personas quienes cambiamos el sentido de las cosas y hasta inventamos desarrollar teologías del bienestar o prosperidad económica. Si quienes debieran concentrarse en las cosas espirituales se preocupan más por la abundancia material, se comprende la extensión del mal dentro de la sociedad.

Lo que nos falta para tener seguridad alimentaria

A Guatemala se le considera un país avanzado en materia de seguridad alimentaria y nutricional. Tenemos una Ley, una Secretaría, un Consejo, un Sistema, instituciones, recursos humanos altamente capacitados y lo más importante, recursos naturales. ¿Qué pasa entonces?

Todo el sistema colapsa debido al carácter “sexi” del tema seguridad alimentaria. Desde sus inicios, ha dominado el conflicto entre el sistema de la SESAN y la ayuda con fines políticos. Siempre ha habido conflicto entre quienes deben atender la SAN como función institucional y quienes la desean utilizar como medio de propaganda y clientelismo partidario. Así no vamos a ninguna parte.

El tema de las transferencias condicionadas (subsidios entregados a la población en vulnerabilidad a cambio de algo que resulte en su propio beneficio) necesita ser revisado. Si una familia recibe un subsidio, debe ser para que mantenga a sus hijos en la escuela (especialmente las niñas, aumentando la proporción niñas/niños); para que construya activos productivos (obra de conservación de suelos, apertura y mantenimiento de vías de comunicación a los mercados, etcétera). No podemos sostener programas de “Alimentos por Aplausos” o cosas parecidas. Debemos despolitizar el tema, evaluar la forma en que estamos haciendo estas cosas. No debemos pensar que hacemos bien al mismo tiempo que sacamos provecho político personal.

Otro ejemplo de falta de solidaridad y de irresponsabilidad en el tema de la inseguridad alimentaria es la distribución de fertilizantes bajo nombres engañosos como “cosechón”, cuando casi estamos dando placebo. Una fórmula de fertilizante como 15-15-15 significa que en cien libras habrá 15 de Nitrógeno, 15 de Fósforo y 15 de Potasio. Hay muchas fórmulas, según las necesidades del suelo y del cultivo. Se ha entregado a los agricultores fórmulas como 3-2-1, bajo nombres como el mencionado. No puede ser. No debe ser. Ellos trabajan en suelos degradados, en las zonas del corredor seco. Se los damos y no les advertimos. Todo gracias a intereses económicos particulares. Eso es parte de la falta de solidaridad y responsabilidad social. Eso no es empresarialidad.

Entrevista con el Diario de Centroamérica: versión sin cortes por razones de espacio. (Parte 1 de 3)

El 5 de febrero de 2010 se publicó en el Diario de Centroamérica (http://dca.gob.gt:85/diariopdf/20100208_DCA.pdf) una entrevista que cubrió diversos temas. Presento aquí una versión sin cortes por razones de espacio.

Inseguridad alimentaria en Guatemala
La inseguridad alimentaria en Guatemala es un asunto crónico y de raíces históricas, al que todos los guatemaltecos nos hemos acostumbrado, aunque la situación resulte incomprensible a ojos extraños.

Por ejemplo, si trajéramos al país una persona de países como Cabo Verde, Somalia o Eritrea, dirían que no comprenden que este país tenga tanta inseguridad alimentaria (y mejor ni les digamos que presumimos de tener el primer lugar al nivel mundial en cuanto a aviones privados per cápita).

Los países mencionados, por más que trabajen 48 horas al día, no podrán nunca producir los alimentos necesarios para su población. Son estructuralmente insuficientes. Guatemala, por su parte, con 45 por ciento de su población infantil en situación de desnutrición crónica, tiene todo para su autosuficiencia.

A esos hipotéticos visitantes seguramente les llamaría la atención dos cosas: verían una sociedad racista y discriminatoria (si no por asuntos étnicos, por posición económica) y con un contraste entre desnutrición crónica y malnutrición por exceso/inadecuada alimentación. Mientras las escuelas rurales están llenas de niños con desnutrición crónica, los colegios privados lo están de niños obesos.

Desnutrición crónica
El 45 por ciento de los niños de Guatemala padece desnutrición crónica. Peor sólo Haití, pero esa comparación es perversa porque las condiciones y recursos de ambos países no son semejantes.

Los niños crónicamente desnutridos de Guatemala son un milagro de la naturaleza, de la sobrevivencia del ser humano. Piense en los bonsai: tomamos una planta, le amarramos las raíces para que no crezca ni las ramas, dosificamos el agua a niveles de sobrevivencia y como resultado tenemos mini-árboles, con frutos pero incapaces de sustentar.

Nuestros niños crecen con muchas deficiencias alimentarias y nutricionales. Son chaparritos por adaptación biológica, y nunca tendremos a alguno de ellos trabajando como ingeniero de la NASA porque tienen limitaciones cognitivas y de salud. Apenas están calificados para el jornaleo, el trabajo físico no calificado. Eso para algunos puede estar bien, porque garantiza generaciones de mano de obra barata. Como decía el presidente Obama recientemente: hay que empezar a unir los puntos…


La sociedad enferma
La razón de la inseguridad alimentaria en Guatemala subyace en un asunto muy serio, del que ni siquiera nos damos cuenta: la sociedad guatemalteca está seriamente enferma. Le daré algunos ejemplos. Sólo una en una sociedad enferma:

- No existe la carrera de servidor público. Carrera, en el sentido de que el empleado público tiene prestaciones, se desarrolla en el largo plazo, asciende por reglas del servicio civil. En Guatemala, en muchos casos, se confunde servidor público con saqueador de turno. A depredar lo que se pueda porque pronto me quitarán de aquí. El verdadero servidor público, con vocación, es visto con prejuicios y su labor no se reconoce.
- Los partidos políticos son expresiones organizadas de clanes privados y no de ciudadanos en ejercicio de sus deberes y obligaciones políticas.
- Un grupo económico que financia por igual a todos los candidatos presidenciales puede decidir cualquier día que este río me gusta y me lo llevo. Así nomás. Mientras el ciudadano común no puede llevar a su esposa como pasajera de su moto, porque se le considera potencial asesino.
- El Organismo Legislativo, como conjunto, piensa que “halloween” dura todo el año, así que cada día es “trato o truco”.
- El gobierno de turno amenaza con dar a conocer el listado de grandes empresas que se roban los impuestos. Eso no puede ser, si saben quiénes son, deben proceder según la ley, en vez de politizar el tema y convertirse en encubridores, ante la vista y paciencia de la sociedad.
- Se da tanta importancia a las apariencias, como medida de ascender en la escala de “derecho a discriminar”. Gastamos más en ropa y joyas que en mejorar la calidad de nuestra alimentación. Las clases baja y media gastan grandes cantidades en vestuario, aunque se pague por abonos, mientras sus hijos están mal nutridos (por falta o exceso de alimentos). Vea como convertimos a nuestros hijos en extensiones de nuestro ego, y los vestimos con oro (aretes, esclavas, cadenas) cuando ellos ni siquiera pueden entender lo que llevan encima.
- Se desperdician los recursos naturales, notablemente el agua y la energía, sólo porque pensamos que pagar la cuenta nos da derecho a hacer lo que se nos de la gana, sin ninguna responsabilidad para nuestros vecinos o las generaciones por venir. En Eritrea, país de África del Este, llueve en un año lo que en Guatemala en dos semanas. Ahí la pila de patio sería considerada un invento del demonio. Aunque no lo crea, la gente recoge un poco de agua, se baña con ella, la recoge para lavar la ropa, con el agua jabonosa de la ropa lava los trastos y con lo que resulta limpia el inodoro. Eso es impensable en Guatemala, pero podemos llega allí si seguimos como vamos.

CONTINUARÁ