Thursday, April 12, 2012

El Consumidor siempre pierde la razón, parte 1 de 3.

Con su permiso... 

Columna semanal publicada en el Diario de Centroamérica del 12 de abril de 2012.
El consumidor siempre pierde la razón.

La participación organizada del consumidor en asuntos del mercado tiene antecedentes desde 1928, en los Estados Unidos.

Desde entonces, estas organizaciones de la  llamada Sociedad Civil se esparcieron por el mundo. 

 No se trata de movimientos anti mercado (como muchas mentes conservadoras creen), sino organizaciones que nacen en países con economías de mercado e intentan dar voz al cimiento de todo el sistema: el consumidor; un término que incluye a hombres y mujeres, empresas,  empresarios y todas las personas o instituciones que consumen bienes y servicios.  O sea: todas las personas y empresas son consumidores.

Un principio del mercado de bienes y servicios es: “El consumidor siempre tiene la razón”.  Yo argumento lo contrario, siempre la pierde.

La mercadotecnia clasifica a las personas en grupos homogéneos y luego investiga sus gustos y preferencias.  Estudia las características socioeconómicas y culturales para conocer cómo instalarse en las preferencias de consumo.    Por ejemplo: ¿Cuál es el comportamiento ante la  tecnología móvil de la población de 21 a 35 años en la clase de ingresos medios y altos?  Esto ayuda a determinar las características de los teléfonos a fabricarse, los modelos a importar y los servicios a ofrecer. De estos conocimientos viven las empresas de publicidad.

Esta es, sin embargo, la única manera de que le pongan atención al consumidor.  En cuanto intentan hacer las preguntas en vez de responderlas, se convierten en grupos desestabilizadores o que incomodan.  Cruz, cruz. Tienen poco acceso a los medios de comunicación (especialmente si se quejan de alguna empresa que resulte ser anunciante) y son totalmente ignorados por las organizaciones del sector privado.  No se les promueve como una de ellas.

Quizá en algún momento de la historia pudieron existir grupos de consumidores con una agenda política  anti-capitalista.  Pero eso desapareció hace tiempo, la globalización les dio el tiro de gracia.  Hoy día, los grupos de consumidores llaman a su movimiento “consumerista” en oposición a “consumista”.  

El Consumerismo busca educar a los consumidores sobre sus derechos y obligaciones, proteger el ambiente,  aconsejar sobre  consumo inteligente y responsable.  Como consecuencia de todo ello, aun sin quererlo contribuye a desarrollar empresas competitivas y sostenibles.  Es paladín del comercio justo.

Por lo anterior, llama la atención que hace poco tiempo se anunciara con pompa una agenda para el desarrollo de la competitividad, donde participaron todos, menos quienes sostienen a cualquier empresa y mercado: los consumidores.  Ello no importó a nadie, ni siquiera a la Liga del Consumidor, que por 24 años ha tenido, cuando menos, un domicilio.  (Continuará con un poco de historia,  análisis de caso y reflexiones).