Con su permiso...
Columna semanal publicada en el Diario de Centroamérica del 12 de abril de 2012.
El consumidor siempre pierde la razón.
La participación organizada del consumidor en asuntos
del mercado tiene antecedentes desde 1928, en los Estados Unidos.
Desde entonces, estas organizaciones de la
llamada Sociedad Civil se esparcieron por el mundo.
No se trata de
movimientos anti mercado (como muchas mentes conservadoras creen), sino
organizaciones que nacen en países con economías de mercado e intentan dar voz
al cimiento de todo el sistema: el consumidor; un término que incluye a hombres
y mujeres, empresas, empresarios y todas las personas o instituciones que
consumen bienes y servicios. O sea: todas las personas y empresas son
consumidores.
Un principio del mercado de bienes y servicios es: “El
consumidor siempre tiene la razón”. Yo argumento lo contrario, siempre la
pierde.
La mercadotecnia clasifica a las personas en grupos
homogéneos y luego investiga sus gustos y preferencias. Estudia las
características socioeconómicas y culturales para conocer cómo instalarse en
las preferencias de consumo. Por ejemplo: ¿Cuál es el
comportamiento ante la tecnología móvil de la población de 21 a 35 años
en la clase de ingresos medios y altos? Esto ayuda a determinar las
características de los teléfonos a fabricarse, los modelos a importar y los
servicios a ofrecer. De estos conocimientos viven las empresas de publicidad.
Esta es, sin embargo, la única manera de que le pongan
atención al consumidor. En cuanto intentan hacer las preguntas en vez de
responderlas, se convierten en grupos desestabilizadores o que incomodan.
Cruz, cruz. Tienen poco acceso a los medios de comunicación
(especialmente si se quejan de alguna empresa que resulte ser anunciante) y son
totalmente ignorados por las organizaciones del sector privado. No se les
promueve como una de ellas.
Quizá en algún momento de la historia pudieron existir
grupos de consumidores con una agenda política anti-capitalista.
Pero eso desapareció hace tiempo, la globalización les dio el tiro de
gracia. Hoy día, los grupos de consumidores llaman a su movimiento
“consumerista” en oposición a “consumista”.
El Consumerismo busca educar
a los consumidores sobre sus derechos y obligaciones, proteger el ambiente,
aconsejar sobre consumo inteligente y responsable. Como
consecuencia de todo ello, aun sin quererlo contribuye a desarrollar empresas
competitivas y sostenibles. Es paladín del comercio justo.
Por lo anterior, llama la atención que hace poco
tiempo se anunciara con pompa una agenda para el desarrollo de la competitividad,
donde participaron todos, menos quienes sostienen a cualquier empresa y mercado:
los consumidores. Ello no importó a nadie, ni siquiera a la Liga del
Consumidor, que por 24 años ha tenido, cuando menos, un domicilio.
(Continuará con un poco de historia, análisis de caso y
reflexiones).
Thursday, April 12, 2012
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