Tuesday, June 30, 2009

¿A quién le importa Manuel Zelaya?

El desprecio al orden legal del presidente hondureño Manuel Zelaya, seguido torpemente por el abandono del recato moral, legal y político entre los poderes del Estado del pequeño país centroamericano, se convirtió en una merienda multicultural.

Pareciera que se hizo la apuesta de quién lo hacía peor. La designación de un presidente apócrifo, por más que se disfracen las formas, parece no ser el final de esta competencia de deposiciones post-digestivas.

Es claro que luego de las reacciones internas y externas, los derroquistas se han quedado espantando con el petate del muerto, pues necesitan alcanzar su punto máximo de fortaleza (a todas luces insuficiente para mantenerse en el poder) a fin de negociar una salida de consuelo (¿cómo llamarle digna?) para cada uno de los actores. Ahora se deberá negociar inmunidades, perdones y falsos olvidos. De corto y mediano plazo.

Por su parte, al presidente Zelaya lo que menos le conviene es regresar al poder, pues al hacerlo deberá terminar su período en un clima de ingobernabilidad, además de enfrentar las consecuencias de sus actos al impulso de brillantes asesores y su propia miopía política. Él no puede otorgarse un indulto. Quizá allí esté la mejor carta de los organismos Judicial y Legislativo. O sea, a dormir con el enemigo porque mal contigo y peor sin ti.

Lo que deben comprender los políticos hondureños –y parece que no se oye, padre- es que a nadie le importa un garbanzo lo que les esté pasando. Todas las reacciones de supuesto apoyo a Manuel Zelaya –ojalá que se dé cuenta a tiempo- se deben, por sobre todo, a acciones preventivas en el gallinero propio.

La situación puede crear la imagen de que el ejército es, de nuevo, un poder fáctico por encima del poder civil. Y eso no se puede tolerar en los tiempos que corren. Los militares del continente deben recibir un mensaje claro y buscar salidas vistiendo de civil. Los gobiernos de apariencia izquierdista no pueden permitir que un grupo de derecha les arrebate así porque sí un bastión de cartón en Centroamérica. Los grupos de derecha –muy bien representados por los medios de comunicación- no pueden permitir que, luego de sus imprudentes palabras (cuánta razón tuvo Su Majestad), Hugo Chávez se dé el gusto. No se han dado cuenta de que Chávez es el mejor aliado de los Estados Unidos en América Latina (otro día explico por qué) y el ojo hay que ponerlo en Brasil.

En cuanto a Barak Obama, no se trata de un giro histórico en las actitudes de los Estados Unidos. Si pronunciar Irak, Palestina, Irán, Corea del Norte, Pakistán y Afganistán no nos dijera nada, que baste entonces con señalar que suficiente trabajo tiene él en este momento para preocuparse por una grotesca charada tropical. Regresen a Zelaya y resuélvanlo entre ustedes. Ese es el claro mensaje.

Dicho esto, ¿a quién le importa Manuel Zelaya? A él mismo y su familia, por supuesto.

Tuesday, June 9, 2009

Iluminando el cuarto oscuro de los fertilizantes agrícolas

En el mes de mayo del presente año, el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA) prohibió por noventa días la comercialización de fertilizantes agrícolas con contenido de materia activa (nutrientes) abajo del treinta por ciento. A través de la Cámara del Agro, parte de las empresas formuladoras de ese producto interpusieron un amparo ante la Corte de Constitucionalidad, que dio validez legal a sus argumentos.

La prensa nacional está dando cobertura al problema, lo cual puede favorecer a los agricultores. El presente artículo pretende ofrecer algunos elementos agronómicos para facilitar las discusiones. Su contenido es básico, por razones de espacio.

Todos los suelos para cultivo agrícola poseen nutrientes que usan las plantas, aunque en cantidades altamente variables y en formas químicas que pueden ser o no ser utilizables por las plantas. Por otra parte, cada especie vegetal tiene diferentes requerimientos de nutrientes, que varían hasta con la edad o grado de desarrollo en su ciclo de vida.

De forma básica, los nutrientes más importantes son: Nitrógeno, Fósforo y Potasio; representados por los símbolos N-P-K. Existen muchos nutriente menores (por las pequeñas cantidades que de ellos requieren las plantas), como Azufre y Magnesio. Algunos fertilizantes preparados industrialmente contienen elementos menores (los llamados fórmula química, que se explica más abajo) y otros no.

En general, un fertilizante es una mezcla de nutrientes dentro de una base inerte, también llamada enmienda agrícola o “filler”. Por ejemplo, una aspirina para niños contiene 100 miligramos de ingrediente activo (acido acetilsalicílico) y el resto es materia inerte, incluyendo azúcar para agradar el paladar. Esto se comprueba al pesar la aspirina: pesa más que 100 miligramos.

La enmienda agrícola consiste en materiales como carbonatos, óxidos y sulfatos de Calcio y de Magnesio. Estos pueden, en algunos casos, servir para corregir o mejorar algunas características del suelo, pero esto es variable y en ningún caso se aportan nutrientes a la planta.

Los fertilizantes que se venden en Guatemala son de dos tipos: mezclas físicas y fórmulas químicas. En términos generales, las fórmulas químicas tendrán menos problemas que las mezclas físicas para ser absorbidas por las raíces de las plantas. El nivel de absorción es variable, determinado por la relación suelo-agua-planta; en algunos casos puede ser significativa y en otros no.

En Guatemala existen empresas formuladoras, es decir, que importan materia prima y hacen la mezcla. Sólo se fabrica mezcla física. Según la manera de combinar los materiales, a la mezcla física se le puede llamar también mezcla homogénea. Las mezclas físicas son más baratas que las fórmulas químicas.

Las normas para la fabricación y etiquetado de fertilizantes no están actualizadas, siendo este un problema de COGUANOR y el MAGA, aunque podrían intervenir otros actores.

Las fórmulas comerciales siempre deben hacer referencia a la cantidad de nutrientes en 100 libras de fertilizante, y el orden de los mismos siempre es N-P-K. Un fertilizante 15-15-15-15, o triple 15, contiene cuarenta y cinco libras de nutrientes (quince de cada uno) y el resto para las 100 libras es materia inerte. Son ejemplo de fórmulas tradicionales, además de la anterior: 12-24-12 y 20-20-0.

El alza del precio de los fertilizantes a partir de 2007 motivó la formulación de mezclas de menor precio por quintal, pero de menos contenido de nutrientes. A estos se les llama de baja concentración. El MAGA considera de este tipo, arbitraria (no hay norma) pero razonablemente, a aquellos debajo del 30 por ciento de nutrientes (tomar nota de que la forma de cálculo en el anterior párrafo puede cambiar según los materiales fuente de los nutrientes. Ejemplo: el N podría venir de la UREA, en cuyo caso el peso de ese elemento será mayor que el mostrado en la fórmula, pero eso complica la explicación y no es relevante para explicar el límite impuesto por el MAGA.)

En el mercado se puede encontrar, como ejemplo las fórmulas Nordix15 (que la gente confunde con triple 15 pero es en realidad un 5-5-5), Súper Cosechón (que es un 8-0-8), 10-0-10, 10-5-10 y fórmula 20 (10-5-5). Algunas formuladoras colocan en la etiqueta el contenido real de N-P-K y otras no.

Ante la ausencia de normas actualizadas, las empresas formuladoras tienen todo el derecho de producir según sus propias estrategias, y el etiquetado leal queda como asunto ético. ¿Dónde surge el problema? En mi opinión, del hecho que la comercialización de mezclas de baja concentración es atractiva para las formuladoras (costo/beneficio) y los agentes de la cadena de comercialización (ganancia unitaria).

Por ejemplo, un fertilizante de fórmula regular (digamos un 15-15-15) cuesta Q.350.00, mientras un Súper Cosechón puede costar Q.250.00. Si usted es un agricultor sin información, y además sin dinero, ¿cuál de los dos compraría? ¿cuál es el precio real por libra de nutriente en cada caso?

Calculadora en mano, resulta que lo barato sale caro, pero el agricultor no está informado. Y si usted fuera propietario de un agro-servicio y le gana más a un saco de Mentirosón que a uno de 15-15-15, ¿qué le sugeriría a su cliente?

Además, la prohibición cae en un momento pico de comercialización, cuando los inventarios son altos y posiblemente se ha trasladado bastante producto hacia los puntos de venta.

Para finalizar, ya se dijo que las necesidades de los cultivos son diferentes según el suelo, cultivo, variedad y época. El consejo técnico es hacer un análisis de fertilidad de la parcela y cotejarlo con las necesidades del cultivo para saber cuál es la fórmula ideal. El problema es que nadie tiene dinero para hacer esa inversión, al menos no los agricultores beneficiarios de los programas de fertilizantes del gobierno. Así que el agricultor aplica lo que puede y se encomienda a Dios.

Los beneficiarios, por otra parte, cultivan en tierras con altas necesidades de fertilizante debido a la degradación ambiental y el uso agrícola de suelos con vocación forestal. Las cantidades necesarias de fertilizantes aumentan año con año en vez de disminuir. La pobreza hace que hoy se aplique menos fertilizante por razones económicas, y si además las fórmulas son de baja concentración, los resultados son previsibles y de hecho se han observado en el terreno, lo que según constataciones personales, crea mucho malestar y desconfianza entre los beneficiarios. Así que más allá del problema técnico, político, legal y económico, hay un asunto ético porque todo el sistema no está actuando en el mejor interés del agricultor. La seguridad alimentaria familiar demanda un aumento de la producción de autoconsumo y para la venta, por lo cual el sistema debe coordinarse para poner en el mercado lo que mejor convenga a esos fines, sin que por ello se renuncie a la ganancia por el capital y tecnología invertidos.

Monday, June 1, 2009

Carlitos Marx y Adancito Smith son amigos

Los capitalistas libertarios y los izquierdistas no se soportaban, a pesar de compartir país, historia y cultura.

Los unos mataban a los otros. Es más, se mataban entre ellos mismos si con ello se podía culpar a los otros.

“Cerdos oligarcas explotadores” decían los izquierdistas. “malditos comunistas de mierda” les decían los otros. Claro que ambos bandos ni juntos hacían mayoría, pero cuando partes el limón a la mitad, quedas de un lado o del otro, y eso lo saben muy bien quienes se encargan de partir los limones.

Los espíritus de los ídolos e ideólogos muertos en cada bando, por su parte, tenían reuniones en el más allá, y cada vez parecían acercarse más unos a otros, en razón de observar lo que sus seguidores hacían en su nombre con el transcurrir de los años.

Un día, los espíritus de Karl Marx y Adam Smith dieron un salto (en sentido espiritual, por supuesto) y mientras se abrazaban dijeron a los demás: ¡Ya sé, ya está. Juntémonos en el Humanismo!

Desde entonces se declararon en sesión permanente, discurriendo la manera de hacer llegar el mensaje a sus seguidores terrestres. Lástima que los hilos (de nuevo, hablando en sentido espiritual) estén cortados.