Thursday, January 19, 2012

Delfines marcados a fierro

Con su permiso…

Columna semanal número 2, Publicada en el Diario de Centroamérica del 19 enero 2012.

Delfines marcados a fierro


A mitad de los años 90 tuve la oportunidad de participar en un curso de FLACSO  sobre temas ambientales.   Era al nivel de postgrado, así que aunque jóvenes, los participantes tenían experiencia profesional.  Con el tiempo, mujeres y hombres  de aquel grupo han llegado a ocupar puestos importantes en el gobierno, sector privado y organizaciones no gubernamentales.

Para enriquecer nuestras discusiones, en las últimas semanas llegaron conferencistas representando distintas corrientes de pensamiento.  El invitado de una universidad privada resultó ser apasionado.  Era el más joven en la sala.

Utilizando a fondo lo que su universidad le había enseñado, explicó que los problemas ambientales se debían a la intervención del Estado, definitivamente la peor opción para administrar recursos, y luego de presentar muy buenos ejemplos de fracasos recientes, pasó a lo suculento de su discurso: la solución es privatizar.
“¿Por qué se contaminan los ríos?” Preguntó, dejando que el ambiente se llenara de silencio.  “Porque no son de nadie”.  Explicó que la propiedad social de los recursos naturales hacía que nadie se interesara por cuidarlos.  “Todo el mundo tira al río su basura, contaminantes, residuos tóxicos.  Si los ríos tuvieran dueño,  estarían bien cuidados, serían transparentes y puros.”  La sala quedó en silencio (nos mirábamos incrédulos unos a otros) y él  decidió, como se diría en beisbol, “robarse el home plate”. 

“¿Por qué las matanzas de delfines?  Porque no son de nadie.  Si tuvieran dueño, las cuidarían.  Lo mismo sucede con las ballenas, en realidad, con todas las llamadas especies en peligro de extinción.  El aire también se contamina.  Con dueño, eso no pasaría.   En manos privadas empresariales, todo sería transparencia  y se generaría mucha riqueza”.

No estaba listo para discutir quién tendría la oportunidad y capacidad de hacerse con aquellos recursos al momento aquella novedosa  privatización, aunque era claro que sólo podría hacerse mediante leyes del inepto Estado.  Seguir aquella línea de pensamiento habría llevado a la discusión de lucro y ética, pues todo el mundo tiene la libertad de hacer con su propiedad lo que le venga en gana y, claramente, obtener todo el beneficio posible.  

Lo que siguió fue incómodo para él.  Alguien le preguntó que si privatizar a los niños desnutridos acabaría con la pobreza.  Claro que no, no habría lucro en eso.

Lo anterior viene a cuento ahora que muchos  intelectuales y políticos de todos el espectro ideológico coinciden en que la crisis financiera mundial se debe a la falta de regulación estatal de los mercados financieros, complementada con la avaricia humana y la confianza en que las pérdidas serán cubiertas, cómo no, con fondos públicos (dinero de impuestos).  El sector privado también puede ser un pésimo administrador pero, en este caso, por diseño,  es el Estado quien debe pagar los platos rotos.  Y el Estado somos todos.

1 comment:

  1. Anonymous1:37 PM

    Ese es el problema vos, entender el fondo del ciclo: EL ESTADO SOMOS TODOS.

    Saludos

    Saul Guerra

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